MI GATO TIENE CÁNCER ¿SE PUEDE TRATAR?

¿En qué consiste el cáncer en los gastos? ¿Cómo puedo saber si lo padece? Qué puedo hacer si mi gato tiene cáncer? ¿Te cuesta asimilarlo? ¿Qué opciones hay de tratamiento?


MI GATO TIENE CÁNCER ¿SE PUEDE TRATAR?

Los gatos pueden padecer cáncer, aunque es menos frecuente que en los perros o en las personas. Suele ser una enfermedad complicada y, por la experiencia que tenemos con el cáncer en las personas, si diagnostican a tu gato de cáncer es posible que te preocupe. Por eso, veremos a continuación cómo es el cáncer en los gatos, cómo puedes afrontarlo de la manera más serena posible, y cuáles son las mejores opciones de tratamiento.

 

¿En qué consiste el cáncer en los gatos?

Un tumor es el crecimiento descontrolado de un grupo de células en una parte del organismo de tu gato, formando un nódulo o bulto en la piel o en el interior de sus órganos. Los tumores pueden ser benignos o malignos; los malignos son sinónimos de cáncer.

El cáncer tiene capacidad de infiltrarse en los tejidos, incluso a órganos que están a distancia (metástasis). Los problemas derivados del cáncer se deben a que las células malignas impiden que los órganos funcionen correctamente, y también a que circulan sustancias por el organismo de tu gato que afectan a la transmisión de las señales nerviosas, a la secreción de hormonas, o al riego sanguíneo.

Los tipos de cáncer más frecuentes en los gatos son los que afectan a las células sanguíneas (leucemia y linfoma), a la piel (el carcinoma), y el cáncer de mama en las gatas. En los gatos, hay causas de cáncer que son genéticas o ambientales, como en las personas, pero también se sabe que hay virus, como el de la leucemia felina, que son capaces de causar cáncer.

 

¿Qué puedo hacer para saber si mi gato tiene cáncer?

Muchos casos de cáncer pasan desapercibidos en los gatos, porque los síntomas son poco claros, o porque no son únicos de una enfermedad concreta. Por eso, es importante que acudas con frecuencia a que el veterinario de tu gato le haga una revisión. En los casos de cáncer, es vital realizar un diagnóstico precoz, es decir, detectar lo antes posible cualquier indicio de cáncer para atajarlo deprisa, evitar que se siga extendiendo y cause un problema más serio.

Hay algunos signos que pueden hacerte sospechar que tu gato podría tener cáncer, aunque debe ser tu veterinario quien lo confirme, porque son comunes a muchas otras enfermedades:

- Aparecen bultos en cualquier parte de su cuerpo.

- Tiene heridas que no se curan.

- Deja de asearse y su pelo tiene un aspecto descuidado y mate.

- Cada vez está más delgado.

- Pasa más tiempo durmiendo y no tiene ganas de jugar.

- Se muestra más arisco al interactuar con él.

- Vómitos o diarreas con frecuencia.

El cáncer causa dolor en los gatos, así que una parte de estos síntomas se debe a su efecto. Conviene tenerlo en cuenta para aliviarlo y que se encuentre mejor.

 

Me cuesta asumir que mi gato tiene cáncer. ¿Cómo puedo afrontarlo?  

A todos nos pasa que, al recibir una mala noticia, nos cuesta asumirla. Si tu veterinario te explica que tu gato tiene cáncer, puedes preguntarte por qué está pasando esto, o si podrías haber hecho algo para evitarlo. Sentirse mal o preocuparse es normal, así que es bueno que sigas algunas pautas para que tanto tu gato como tú podáis afrontar esta situación de la mejor manera posible:

- La comunicación es muy importante. Cuenta con tu veterinario para preguntarle todas las dudas o preocupaciones que te surjan.

- No busques información por tu cuenta en Internet: hay sitios que no están verificados por profesionales y solo te van a confundir más.

- Busca apoyo en tus familiares y amigos. Las personas que te quieren y te entienden te ayudarán a afrontar esta situación con tu gato.

- Recuerda que es mejor seguir el proceso de tu gato paso a paso, tomando decisiones meditadas junto a tu veterinario de acuerdo con la evolución y siempre buscando el máximo bienestar para tu gato.

 

¿Tiene tratamiento el cáncer de mi gato?

El cáncer en los gatos es grave, pero no tiene por qué ser necesariamente un sinónimo de que se vaya a morir enseguida. Hay casos en los que se puede aplicar un tratamiento para tratar de que se cure o, si no es posible, para que se encuentre lo mejor posible el resto de su vida.

Antes de decidir qué tratamiento es el mejor para el cáncer de tu gato, tu veterinario y tú tenéis que valorar si su calidad de vida es buena. Se trata de medir de forma objetiva, con escalas y cuestionarios fáciles de usar, si tu gato tiene suficiente bienestar o si, por el contrario, está sufriendo y es más recomendable tomar otra decisión para poner fin a su padecimiento.

Es posible que tu veterinario no disponga de todos los medios para aplicar el tratamiento completo para el cáncer de tu gato y necesite recurrir a la ayuda de un veterinario especialista en oncología. Cada caso de cáncer en los gatos se diseña de forma personalizada, así que te explicará los pasos a dar. Las opciones de tratamientos contra el cáncer disponibles para los gatos, que se pueden utilizar solas o en combinación, son estas:

- Cirugía: es la forma más frecuente para tratar de eliminar el cáncer en los gatos y la que más posibilidades tiene de conseguir curarlo, pero no siempre es posible: depende de la localización y extensión del tumor, el estado de salud del gato, y la presencia de metástasis o diseminación del cáncer a otras partes del cuerpo. A veces, la cirugía es paliativa, es decir, solo pretende aliviar en parte los efectos del cáncer.

- Quimioterapia: se le administra a tu gato una combinación de medicamentos que actúan sobre las células del cáncer para eliminarlas. Sus efectos secundarios más frecuentes son la reducción del número de glóbulos rojos y glóbulos blancos, por lo que tu veterinario tendrá que hacerle a tu gato análisis frecuentes, así como para vigilar que no le dañen los riñones. Algunos gatos tienen menos apetito cuando se tratan con quimioterapia o vomitan, pero es menos frecuente. Es muy raro que pierdan el pelo. Algunos medicamentos se inyectan en las venas y otros se dan en forma de pastillas.

- Radioterapia: aplica rayos X a la zona donde se encuentra el tumor, para reducirlo o eliminarlo. Esta opción solo se puede aplicar en centros especializados y todavía es poco accesible en medicina veterinaria en nuestro país.

- Electroquimioterapia: es un novedoso tratamiento para el tratamiento de tumores cutáneos y subcutáneos de cualquier histología que consiste en la administración por vía sistémica de un agente antineoplásico con baja permeabilidad celular, seguido de la aplicación de un campo eléctrico sobre la superficie del tumor. Este campo provoca la apertura de poros en la membrana celular que permiten el ingreso de dicho agente y de esta forma aumentar su toxicidad en interior del tumor unas 1000 veces.

- Ablación por radiofrecuencia: Es un procedimiento realizado por mínima invasión. Se introduce un electrodo de milímetros de diámetro en el interior del tumor. La radiofrecuencia aumenta la temperatura, y como las células cancerígenas son más sensibles al calor, mueren. El tejido necrosado deja de ser funcional desde el momento de la radiofrecuencia y se transformará en tejido cicatricial en varias semanas

- Cuidados paliativos: si el tratamiento contra el cáncer ha dejado de funcionar, es vital mantener a tu gato en las máximas condiciones de bienestar posibles, vigilando continuamente su calidad de vida, y ayudando a que se encuentre mejor con otros tratamientos que alivian su dolor y otras molestias.

- Eutanasia: muchos gatos, cuando tienen enfermedades muy avanzadas, entre ellas el cáncer, tienen un nivel de sufrimiento inaceptable y se recurre a la eutanasia para evitar que pasen por ello. Es una decisión muy difícil de tomar, pero con ayuda de tu veterinario conseguirás saber si es adecuada para tu gato y en qué momento. Así, podrás quedarte tranquilo con la seguridad de que has hecho todo lo posible por él, con los mejores recuerdos de una buena vida a su lado.