ENFERMEDAD RENAL EN GATOS

¿Qué es la enfermedad renal crónica? ¿Puede tenerla mi gato? ¿Cómo puedo saber si mi gato sufre de insuficiencia renal ? ¿Cuál es su tratamiento?


ENFERMEDAD RENAL EN GATOS

Los gatos son propensos a sufrir enfermedad renal crónica. Se ha calculado que aproximadamente la mitad de los gatos mayores de siete años tienen algún grado enfermedad renal. De los gatos afectados, un tercio tienen entre 10 y 15 años, y un tercio son mayores de 15. Por eso, es recomendable que tu gato pase revisiones veterinarias frecuentes para detectar lo antes posible cualquier problema renal y ponerle tratamiento rápido para evitar que se haga más grave.

 

¿En qué consiste la enfermedad renal crónica de los gatos?

La enfermedad renal crónica es la pérdida de capacidad de los riñones de tu gato para filtrar y depurar la sangre con normalidad. Como consecuencia, se acumulan los productos de desecho del metabolismo y se altera el mecanismo de control del equilibrio de los líquidos de su organismo.

Los riñones producen orina, y excretan desechos del organismo como el amoníaco, la urea, el ácido úrico o la creatinina, que van disueltos en ella. Estos desechos son producto del metabolismo de las proteínas y los ácidos nucleicos, para obtener energía y cumplir otras funciones que mantienen la buena salud de tu gato. Los riñones también regulan el volumen de la sangre, absorbiendo o eliminando líquido, estabilizan el equilibrio de iones, ayudan a estabilizar el pH del organismo, y participan del control hormonal de la presión arterial y de la producción de glóbulos rojos en la médula ósea.  

Con el paso del tiempo, los riñones de los gatos sufren cambios en sus estructuras microscópicas. Se van perdiendo los pequeños conductos que realizan estas funciones de absorción, intercambio y regulación, y se sustituyen por tejido fibroso. Así, los riñones de los gatos con enfermedad renal cada vez son más pequeños y funcionan peor.

 

¿Cómo puedo saber si mi gato tiene enfermedad renal crónica?

Los gatos son especialistas en ocultar las enfermedades, así que podría ser difícil detectar si tu gato tiene enfermedad renal crónica. Cuando va avanzando, puedes sospechar que tu gato puede tener enfermedad renal si observas alguno de estos signos:

- Pierde peso y masa muscular. Cada vez parece más delgado.

- Su pelo tiene menos brillo, ya no se lava tan a menudo. Si tiene el pelo largo, verás que tiene más nudos y es más difícil cepillarlo.

- Tiene menos apetito si se encuentra mal, le cuesta comer, o le apetecen otras cosas.

- Puede tener llagas en la boca que le duelen. Por eso le resulta más difícil comer.

- Orina en lugares diferentes a su bandeja. A veces puedes darte cuenta de que la orina tiene un color extraño.

- Orina más a menudo de lo habitual. Puedes darte cuenta porque acude más veces a la bandeja, porque tienes que cambiar la arena más veces, o porque la bandeja pesa más que antes cuando la mueves.

- Está menos activo, se mueve menos, duerme más y no quiere jugar tanto como antes.

- Te puedes dar cuenta de que bebe más agua y orina más veces, o más cantidad.

- Vomita con frecuencia.

- Tiene peor vista, se choca con los muebles de casa, o incluso se queda ciego de repente.

- Se deshidrata, aunque es muy difícil que sepas valorar esto en casa.

 

Me preocupa que mi gato pueda tener enfermedad renal crónica. ¿Qué debo hacer?

Para cuidar de la salud de tu gato de la mejor manera, acude a tu veterinario de confianza con frecuencia. En cada revisión tu veterinario comprobará el estado general de tu gato. Te preguntará si has notado algún cambio o síntomas sospechosos de que los riñones puedan estar afectados, y querrá comprobar si tiene enfermedad renal o cómo está de avanzada realizando pruebas:

- Análisis de sangre para medir los niveles de los indicadores en la sangre de una enfermedad renal, especialmente la urea y la creatinina, el calcio, el sodio, el potasio y el fósforo, las proteínas plasmáticas, y para descartar la anemia, entre otras pruebas.

- Análisis de orina, para valorar la densidad, la presencia de proteínas, de infecciones, cálculos, y otros indicios.

- Medición de la presión arterial: muchos gatos con enfermedad renal tienen hipertensión, que es muy peligrosa para otros órganos, en especial el sistema nervioso, los ojos y el corazón. Por eso es imprescindible mantenerla controlada.

- Ecografía del abdomen para ver qué aspecto tienen sus riñones.

Según los resultados de las pruebas, la enfermedad renal de los gatos se clasifica en etapas según lo avanzada que esté.

 

¿Se puede tratar la enfermedad renal crónica de mi gato?

La enfermedad renal crónica de los gatos es irreversible y no se puede curar definitivamente. Se puede tratar para que el avance sea lo más lento posible y que tu gato viva muchos años con la mejor salud que se le pueda ofrecer. Estas son las opciones que los veterinarios utilizan para tratar los síntomas de la enfermedad renal de los gatos y para corregir los desequilibrios de líquidos, electrolitos, hormonas y para asegurarse de que su estado nutricional es el adecuado:

- Tratamiento médico: los medicamentos tratan de evitar que el daño a los riñones continúe avanzando. Controlan los niveles de electrolitos, la pérdida de proteínas por la orina, la presión arterial, y el riego sanguíneo a los riñones. Si tu gato tiene anemia, náuseas y vómitos, también se tratan con medicamentos. Si está deshidratado, tu veterinario añadirá un tratamiento con rehidratación oral, o inyectado si puedes seguirlo en casa. Si tu gato estaba tomando algún medicamento que puede afectar a sus riñones, como los antiinflamatorios, tu veterinario se lo retirará o lo sustituirá por otro.

- Dieta especial: los gatos con enfermedad renal crónica necesitan comer una dieta diseñada para que el contenido en proteínas sea el correcto. Tu veterinario te recomendará la más adecuada para tu gato.

- Hidratación: cuando padecen enfermedad renal crónica, los gatos se deshidratan con mucha facilidad y esto empeora su estado. Es fundamental que ayudes a tu gato a que se mantenga bien hidratado. Asegúrate de que tiene agua limpia y fresca disponible en todo momento. Si le cuesta beber, puedes estimularlo con fuentes diseñadas para tener agua corriente para que les apetezca más. Tu veterinario también te puede aconsejar darle algún tipo especial de alimento húmedo para añadir más agua en su dieta.

- Controlar el estrés: trata de evitar ambientes estresantes en casa como cambios bruscos en las rutinas, ruidos, viajes, visitas que a tu gato no le gusten, o cualquier modificación de su vida que le provoque ansiedad. Estas situaciones influyen sobre las enfermedades que afectan a las vías urinarias y pueden empeorar la enfermedad renal, si la tiene, o precipitar que pueda aparecer.

- Revisiones veterinarias frecuentes: acude al veterinario cuando te lo indiquen para hacer un seguimiento constante del estado de salud de tu gato. De esta manera, podréis corregir los problemas que puedan surgir antes de que empeoren, para que tu gato mantenga la mejor salud posible.