VEO A MI GATO MUY APÁTICO ¿PODRÍA TENER DOLOR?

El dolor es una señal de que algo está alterando el funcionamiento normal del organismo de tu gato. No siempre es fácil de detectar, así que debes prestar atención a los signos que pueda mostrar y ponerle remedio lo antes posible.


VEO A MI GATO MUY APÁTICO ¿PODRÍA TENER DOLOR?

Los gatos son animales especialistas en ocultar las enfermedades. Esto es así porque, aunque son depredadores de animales pequeños, son a su vez presa de otros animales que pueden atacarles a ellos. Mostrar signos de alguna debilidad los hace vulnerables. Está en su naturaleza mostrar normalidad, aunque se encuentren mal, y por eso es difícil detectar si les está pasando algo.

 

¿Puede mi gato padecer dolor?

Los gatos sienten dolor igual que las personas. Como dice la doctora Magie Scherk, una veterinaria especialista en medicina felina y en tratamiento de dolor de los gatos, «si tú eres capaz de sentir dolor, asume que a tu gato también le duele».

Muchas veces achacamos algunos cambios de comportamiento de los gatos a que están mayores, a que no tienen ganas de hacer nada, a que están obesos, o a otras circunstancias externas cuando, en realidad, lo que les pasa es que hay algo que les provoca molestias o dolor.

 

¿Por qué puede tener dolor mi gato?

El dolor es una sensación negativa, que avisa de que algo está lesionando alguna parte del organismo de tu gato. Las causas del dolor son muy variadas, pero en general, si tu gato está dolorido, se puede deber a alguna de estas razones:

- Un traumatismo: un golpe, una caída o una pelea con otro animal que provoca una lesión en alguna parte del cuerpo (heridas, arañazos, mordeduras, fracturas, lesiones en los músculos, los tendones, las articulaciones, los huesos o los órganos).

- Una quemadura: tu gato puede haber tenido contacto con una superficie caliente, o con materiales que conducen la electricidad (por ejemplo, al morder un cable).

- Una enfermedad que provoca dolor: hay infecciones, tumores, o enfermedades degenerativas que causan inflamación o dolor por compresión de tejidos y nervios. Algunos ejemplos frecuentes son las úlceras en la boca, la enfermedad periodontal, la osteoartritis que altera las articulaciones, o la cistitis idiopática felina por inflamación del tracto urinario.

Las causas de dolor son tan variadas que es imprescindible que acudas con tu gato a tu veterinario de confianza para averiguar cuál es su origen y ponerle tratamiento lo antes posible.

 

¿Cómo puedo detectar si mi gato tiene dolor?

Es complicado comprobar si tu gato tiene dolor, porque intentará esconderlo, pero aquí tienes algunas pistas que te pueden hacer sospechar:   

- Se mueve menos o ya no le apetece jugar tanto como antes.

- Se pasa el día durmiendo, o cambia su rutina de sueño y está activo a horas a las que antes descansaba.

- Está más nervioso, se pone de mal humor y gruñe, bufa o incluso está agresivo.

- No se deja tocar.

- Se esconde.

- Se lame demasiado alguna parte del cuerpo.

- Tiene menos apetito y come menos, incluso las cosas que más le suelen apetecer.

- Elimina heces y orina fuera de la bandeja.

- Deja de acicalarse y su pelo está más mate o tiene nudos.

- Se piensa mucho el saltar a sitios donde antes lo hacía sin problema

Para ayudarte a valorar con objetividad si tu gato padece dolor, se ha desarrollado una escala basada en las expresiones faciales de los gatos. Es una herramienta fácil de usar que enseña a identificar señales como la expresión de los ojos, la posición de las orejas y del hocico, y la inclinación de la cabeza y los bigotes para saber si tu gato tiene dolor, y si es intenso o leve. Está disponible en una aplicación para teléfonos inteligentes en el enlace de la Feline Grimace Scale, incluye un tutorial para que puedas entrenar para identificar las expresiones faciales de los gatos con dolor, y existe una versión en español.

 

¿Puedo ayudar a mi gato? ¿Se puede tratar su dolor?

El dolor de tu gato siempre se debe tratar ya que, de no hacerlo, estaría padeciendo un sufrimiento excesivo, innecesario e intolerable. Para aliviarlo, los veterinarios utilizan analgésicos y antiinflamatorios de diversos tipos en el caso de que no se pueda o hasta resolver la causa que provoca el dolor.

Cuando el dolor es de larga duración, o crónico, será necesario administrarle a tu gato analgésicos durante un tiempo prolongado. Como esto puede tener riesgos, como empeorar alguna enfermedad previa, especialmente las enfermedades renales, se prefiere recurrir a la analgesia multimodal. Consiste en combinar medicamentos que tienen modos de acción diferentes, de tal forma que se pueden reducir las dosis, y además potencian su efecto entre ellos. Tu veterinario encontrará la mejor combinación para tu gato dependiendo de lo que le esté ocurriendo, para que se encuentre más cómodo y su calidad de vida sea mejor.

Cada vez hay más opciones para tratar el dolor crónico en los gatos. Además de los medicamentos analgésicos, se puede recurrir a más posibilidades como los anticuerpos onoclonales, la fisioterapia o la terapia con láser o la ozonoterapia, y hacer cambios en la rutina doméstica para ayudar a tu gato a encontrarse mejor.